ZUBIMUSU, EL PARQUE DEL ENCUENTRO Y LA SOLIDARIDAD CON LA RANITA DE IGELDO


Un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Casi la mitad de las especies de anfibios del planeta, el 41% se encuentran en una situación de amenaza. Los anfibios viven en este mundo desde hace 200 millones de años, desde la época de los dinosaurios. Por este motivo en la última reunión celebra a en la charca del parque Zubimusu en Donostia, los asistentes territoriales junto con los invitados: el dinosaurio de Igeldo, la merluza del cantábrico,  el besugo de Orio, el txipiron de Getaria, la trucha Pachutxa y el cangrejo  de Ondarreta, se reunieron para crear una tormenta de ideas en cómo salvar a la ranita de Igeldo de la extinción.

El dinosaurio Mario, mirando desde su atalaya, en la cima de Igeldo y como el más antiguo de todos, tomó la palabra y dijo: —"Amigos, debemos unir nuestras fuerzas para proteger a esta encantadora y diminuta ranita. Es nuestro deber cuidar de todas las criaturas que han compartido este planeta con nosotros durante tanto tiempo".

La merluza del Cantábrico, nadando elegantemente en la charca de Zubimusu, asintió y agregó: —"Estoy de acuerdo, debemos tomar medidas inmediatas para proteger su hábitat. La contaminación y la destrucción del entorno natural son amenazas reales para todas las especies".

El besugo de Orio, famoso por su agudeza mental y su sabrosa carne, propuso: —"Podríamos colaborar con los científicos y los expertos en conservación para establecer programas de reproducción en cautiverio y liberar a las crías en lugares seguros. Además, deberíamos concienciar a las personas sobre la importancia de preservar la diversidad de especies".

El txipiron de Getaria, conocido por su rapidez, agilidad, y “estilo Pelayo” intervino: —"También podemos promover la creación de reservas naturales y zonas protegidas donde la ranita de Igeldo pueda vivir sin peligro. Asimismo, debemos controlar el uso de pesticidas y químicos que puedan afectar su supervivencia".

La trucha Pachutxa, con su sabiduría ancestral, dijo: —"Es fundamental educar a las generaciones más jóvenes sobre la importancia de la conservación y el respeto hacia todas las formas de vida. Debemos transmitirles el amor y el cuidado por la naturaleza, para que sean guardianes responsables del medio ambiente".

El cangrejo de Ondarreta, siendo el más tranquilo y reflexivo de todos, concluyó: —"Amigos, tenemos un desafío por delante, pero juntos podemos marcar la diferencia. Debemos unir nuestros esfuerzos, trabajar en equipo y ser persistentes en nuestra misión de proteger a la ranita de Igeldo y a todas las especies en peligro".

Con un compromiso unánime, los asistentes territoriales y los invitados se comprometieron a tomar medidas concretas para preservar el hábitat de la ranita de Igeldo. Con la esperanza en sus corazones y la determinación en sus acciones, se dispusieron a enfrentar los desafíos y a proteger a esta pequeña y valiosa especie.

Y así, en esa histórica reunión en el parque Zubimusu, comenzó una nueva era de colaboración y conservación, donde las especies se unieron en solidaridad para proteger la vida en todas sus formas y asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.

LA TRUCHA PACHUTXA, EL DARDO PETARDO, EL CARACOL MIRIKOL, LA GAVIOTA CARLOTA, TROMPETILLA Y EL PULPO TXIRIPAS, EN EL “PHOTOCALL” DESPUÉS DE LA REUNIÓN.

EL DINOSAURIO MARIO DESDE SU ATALAYA VIGILA EL ENTORNO POR LAS AMENAZAS QUE SE CIERNEN SOBRE EL Y SUS AMIGOS.


EL PARQUE ZUBIMUSU DONDE SE CELEBRÓ LA TORMENTA DE IDEAS PARA AYUDAR A LA RANITA DE IGELDO.